martes, 19 de mayo de 2020

Me pareció ver un lindo perrito...

No cabe duda que en la red podemos encontrar todo tipo de fotografías perrunas... Algunas son increíbles, otras divertidas y tiernas. Sin embargo, hay un tipo que sobresale no sólo por su belleza, si no porque parecen verdaderas pinturas. Mira aquí algunos ejemplos:


Alicja Zmysłowska (POL)
Instagram: @alicjazmyslowska
Facebook: Alicja Zmysłowska Photography

Lindos Perritos


Gabi Stickler (DEU)
Instagram: @mali_thegolden
Facebook: Mali, the Golden by Gabi Stickler

Lindos Perritos


Kristýna Kvapilová (CZE)
Instagram: @kristynakvapilovaphotography
Facebook: Kristýna Kvapilová-Photography

Lindos Perritos


Kasia Heinrich (POL)
Instagram: @kasia_heinrich_photography
Facebook: Kasia Heinrich kahora777 Photography

Lindos Perritos


martes, 12 de mayo de 2020

Cavilaciones de Confinamiento...

Si hace dos meses atrás, alguien me hubiera dicho que a estas alturas llevaríamos más de 30 mil infectados en Chile por coronavirus, habría pensado que estaba dando la hora. Según yo, en estos momentos estaríamos dando vuelta la hoja, con la mitad de los casos y el virus en el bolsillo. Pero no, acá me encuentro haciendo un análisis de toda esta historia y viendo que no sólo no ha terminado, sino que recién comienza a subir la escalera.

Por fortuna, pertenezco a ese grupo de especímenes creativos que no les molesta estar solos y confinados... Mientras la economía lo permita, siempre se puede escribir, coser, dibujar, tejer, aprender alguna nueva técnica o habilidad de lo que sea... o, deformar fotos con aplicaciones extraordinarias, entrometerme en la cocina, tocar algún instrumento, hacer deporte, leer...

Pero como a todos, también mi mente exige dejar de ver las mismas paredes y sentarme en algún parque aunque sea por un momento. La “Eleanor Oliphant” que habita en mi interior no busca tanto relaciones interpersonales, más bien estar alrededor de gente que comparte un objetivo común, como pasear un perro o comer un helado.


Cavilaciones de Confinamiento
Ilustración de Jean Jullien


En el parque, los perros son amos y señores del lugar. Sus humanos como siempre preocupados, regañándolos por chapotear en una poza o masticar algo indescifrable, suelen juntarse en grupo a conversar de sus "perro-hijos" y compartir todo tipo de tips de entrenamiento, medicinas y artilugios novedosos que los mismos cachupines se encargan de repartir entre ellos.

Mientras los canes corretean felices y se persiguen como si se les fuera la vida, todo transcurre en perfecta armonía, hasta que uno mucho más consentido, se cansa y decide poner orden con una dentellada. Ahí termina la cosa, todos para la casa.

Siempre me ha gustado sentarme en el pasto a mirar sus carreras y chistes. Nunca falta el can personaje que sobresale del resto, haciendo una que otra travesura... o molestando a su humano con alguna fechoría, que siempre suele ser divertida sólo para los que miramos.


Recuerdo un Bulldog Francés llamado Rocco, le encantaba embestir a todo aquel que estuviera sentado en el suelo. Te miraba de lejos y cuando hacía contacto visual, él simplemente estiraba una sonrisa y apuntaba, derecho contra tu humanidad.

Era tan fuerte el enviste que siempre terminaba tumbada con él sobre mi espalda y su cara llena de satisfacción como quien sube el Everest. Luego, volvía a correr a su punto de vigilancia y a repetir la acción... No paraba hasta que su humana llegaba a retirarlo desasiéndose en disculpas, pero uno lo aceptaba. Rocco era así, un adorable bravucón que me veía como un pin de bolos.

Pero independiente de esta historia, no dejo de pensar que pasará más adelante, cuando volvamos a nuestras rutinas y vicios... Cómo haremos para confiar de nuevo en el otro, sin verlo como una amenaza?? El día que podamos ir a un parque otra vez y sentarnos en una plaza, habrá un Rocco lanzándome lejos o humanos compartiendo aficiones comunes??

Este último tiempo todo ha sido tan repentino. Algo que parecía lejano, que le ocurría a otros... a millones de kilómetros de distancia. En cosa de semanas está aquí... acechando, atemorizando y haciéndonos sentir diminutos.

Porque dejando de lado todo tipo de teorías conspirativas, esto me hace reflexionar sobre mi propia humanidad. Me invita a ser humilde, disciplinado y obediente porque sin esas cualidades, simplemente terminamos enfermos o muertos.

La gran gracia de los virus es que no discriminan. Nos muestra nuestra insignificancia desde lo más profundo de sus orígenes. Tan sólo un montón de primates sin pelo, viviendo en una casa prestada a la que le hinchamos las pelotas cada día, sin descanso. Tarde o temprano tenía que cabrearse, o no?


sábado, 2 de mayo de 2020

INVENTO DE QUEQUE

Invento de Queque

Soy de aquellas personas que se entusiasma fácil. Cualquier proyecto o actividad me parece divertida, una oportunidad... pero ese mismo entusiasmo, hace que a veces caiga en errores o me precipite sobre una cometa, con más expectativas que conocimientos.

Envalentonada como estaba por el resultado anterior, me volqué a la tarea de hacer una especie de queque mutante con manzana, canela, pasas y dulce de membrillo.

Luego de varios intentos fallidos y un par de aciertos, llegué a una conclusión abismante: Una tarta no es lo mismo que un queque.

La tarta tiene su encanto... Es humilde, se esconde detrás de esos pedacitos de fruta y se adapta a tus necesidades. El queque no, se cree el cuento el muy desgraciado... Tiene que inflarse para verse bonito y deseable.

Al queque le gustan las reglas y si te sales un poco o te entra el lado creativo, te lo hace saber... atormentando con su frialdad deslavada o sorprendiendo a último minuto con una mortal reverencia.

Todo puede suceder cuando te pones de inventor en la cocina. Por lo demás, si te animas a desarrollar esta receta, aquí te dejo mi experiencia y las conclusiones a las que llegué.

Invento de Queque


INGREDIENTES:
– 2 Tazas de harina.
– 60 gr de mantequilla.
– 1 Cucharada colmada de polvos de hornear.
– ½ Cucharadita de sal.
– 1 Huevo.
– 1 Manzana.
– Jugo de 1 limón.
– 1 Pizca de canela molida.
– 100 gr de pasas.
– Dulce de membrillo. (Aprox. 100 gr)
– Ralladura de cáscara de limón.
– 1 Cucharada grande de miel para la masa y otra para la manzana.
– Leche si es necesario.


PREPARACIÓN:
1. Enmantequillar y enharinar un molde. Para esta preparación utilicé uno de vidrio de 20 cm de diámetro.

2. Rallar la manzana, agregar el jugo de limón, miel, canela y reservar.

3. Mezclar la harina previamente cernida con la mantequilla hasta conseguir migas como arena. Frotar con los dedos, que quede bien integrada.

4. Agregar los polvos de hornear, un poco de sal, el huevo y ralladura de limón, seguir mezclando con una cuchara.

5. A continuación, añadir la miel con la manzana rallada, el jugo de limón y las pasas enharinadas, eso impide que se vayan al fondo. Si aún la mezcla se ve seca, agregar unos chorritos de leche hasta que la masa tenga una consistencia húmeda, como una pasta.

6. Traspasar este menjunje al molde y esparcir bien. Encima colocar rodajas de dulce de membrillo, también puede molerse con un tenedor y colocar por sectores de a cucharada. El peso hará que el dulce se hunda en la masa integrándolo mejor. Personalmente me gustó más esta última manera, además que se puede ser grosero con el dulce de membrillo y no se nota tanto, jeje!

Otra alternativa que me resultó bastante bien, fue reemplazar las pasas por cubitos de dulce de membrillo. Agregarlos a la masa justo antes de vaciar al molde... Así, cuando el queque esté horneado, los trocitos de dulce aparecen de sorpresa. Es importante dejar que se enfríe antes de probar porque el dulce de membrillo quema como el infierno. Shy


ANÁLISIS DEL HORNO:
Una de las etapas más difíciles con las que me topé, fue entenderme con el horno, aprender sus tiempos y descubrir cuanto quema el condenado.

Para esta preparación, utilicé un horno eléctrico, a 175° durante 40 minutos, con calor sólo abajo. Luego, agregué llama a ambos lados por 20 minutos más. En esta etapa vuelve a subir otro poco... Sin embargo, aún puede quedar la embarrada.

Si el interior del queque no está suficientemente cocido, aunque por fuera se vea maravilloso. Una vez frío, todo lo que subió... se desvanecerá.

Creo que las veces que esta parte no me resultó, fue precisamente por impaciente o por darle demasiado calor, muy rápido.

En resumen, si se cocina de a poco a la bestia, hay mayores posibilidades de salir airoso del desafío. También es bueno comprobar antes de apagar, introduciendo un palillo de madera en su interior que debe salir seco.

Perrito divertido