Cosas de perros... U.U |
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viernes, 14 de abril de 2023
sábado, 14 de agosto de 2021
MI ROLLO CON EL PELO
No suelo preocuparme por mi cabello y a decir verdad, lo maltrato bastante... tironeos, tintura y secador de pelo han hecho un verdadero desastre, sumado a la cantidad de pelo que la naturaleza me dio y que de niña he odiado por su volumen.
Si de mí dependiera, tendría un cabello ojalá lo más aplastado posible a la cabeza. Por supuesto, existen soluciones como planchas de pelo, mascarillas, ungüentos, aceites y tratamientos de todo tipo... pero implican un esfuerzo que no estoy dispuesta a realizar.
Con la piel no es lo mismo, siempre he sido pretenciosa y trato de mantener una rutina de limpieza y cuidados, probando productos y buscando soluciones. Sin embargo, el pelo me cuesta tratarlo... Si se ve feo, me chanto un gorro; Si está reseco, lo corto. El teñido sería mi mayor esfuerzo y casi siempre estiro el chicle hasta que la cana comienza a hacerse notar.
Ni hablar de peluquería, creo que con suerte he ido unas tres veces en toda mi vida. Cuando niña, mi madre con antecedentes de peluquera, me mantenía el pelo. Ahora, simplemente lo corto yo... y aunque en algunas ocasiones he dejado soberanas cagadas, hay veces que le apunto y queda bastante bien.
Cuando era adolescente, mis pares ya se gastaban un platal en peluqueros y productos. Yo con suerte lo aseaba y mantenía corto. Quizás el deporte contribuyó a que el pelo fuera un estorbo, quizás la falta de estímulos, también dejación, flojera, trancas mentales...
Ahora, con esto de la pandemia y más tiempo para mirarse al espejo, la pretensión se ha hecho cargo y comienzas a notar que quizás el descuido, no fue tan buena idea y podrías intentar mejorar un poco lo que ves.
Hace poco cambié el shampoo común y silvestre, por este tío al que le hacen propaganda en la tele. Partí por pura casualidad buscando un acondicionador nuevo porque siempre compro la misma marca que uso de memoria y no arregla nada.
Es un envase pequeño de color azul que dice “engrosador” y que al parecer, es para la caída del pelo en hombres... Eso lo vine a descubrir después... pero tiene otras líneas enfocadas a la mujer, que ya probaré.
Lo primero que me gustó fue su aroma a miel, que impregna todo el baño y que deja el cabello muy perfumado. El bálsamo hizo efecto de inmediato, dado el daño que mi pelo tenía. Eso me animó a comprar el shampoo y seguir incursionando con este tío.
Como conclusión, diría que para personas que solemos descuidar la melena, es una alternativa bastante decente, a un precio razonable, sin tener que recurrir a tratamientos específicos, que lo más probable terminen arrumbados en el fondo de un cajón por un montón de años.
Si de mí dependiera, tendría un cabello ojalá lo más aplastado posible a la cabeza. Por supuesto, existen soluciones como planchas de pelo, mascarillas, ungüentos, aceites y tratamientos de todo tipo... pero implican un esfuerzo que no estoy dispuesta a realizar.
Con la piel no es lo mismo, siempre he sido pretenciosa y trato de mantener una rutina de limpieza y cuidados, probando productos y buscando soluciones. Sin embargo, el pelo me cuesta tratarlo... Si se ve feo, me chanto un gorro; Si está reseco, lo corto. El teñido sería mi mayor esfuerzo y casi siempre estiro el chicle hasta que la cana comienza a hacerse notar.
Ni hablar de peluquería, creo que con suerte he ido unas tres veces en toda mi vida. Cuando niña, mi madre con antecedentes de peluquera, me mantenía el pelo. Ahora, simplemente lo corto yo... y aunque en algunas ocasiones he dejado soberanas cagadas, hay veces que le apunto y queda bastante bien.
Cuando era adolescente, mis pares ya se gastaban un platal en peluqueros y productos. Yo con suerte lo aseaba y mantenía corto. Quizás el deporte contribuyó a que el pelo fuera un estorbo, quizás la falta de estímulos, también dejación, flojera, trancas mentales...
Ahora, con esto de la pandemia y más tiempo para mirarse al espejo, la pretensión se ha hecho cargo y comienzas a notar que quizás el descuido, no fue tan buena idea y podrías intentar mejorar un poco lo que ves.
Hace poco cambié el shampoo común y silvestre, por este tío al que le hacen propaganda en la tele. Partí por pura casualidad buscando un acondicionador nuevo porque siempre compro la misma marca que uso de memoria y no arregla nada.
Es un envase pequeño de color azul que dice “engrosador” y que al parecer, es para la caída del pelo en hombres... Eso lo vine a descubrir después... pero tiene otras líneas enfocadas a la mujer, que ya probaré.
Lo primero que me gustó fue su aroma a miel, que impregna todo el baño y que deja el cabello muy perfumado. El bálsamo hizo efecto de inmediato, dado el daño que mi pelo tenía. Eso me animó a comprar el shampoo y seguir incursionando con este tío.
Como conclusión, diría que para personas que solemos descuidar la melena, es una alternativa bastante decente, a un precio razonable, sin tener que recurrir a tratamientos específicos, que lo más probable terminen arrumbados en el fondo de un cajón por un montón de años.
jueves, 22 de abril de 2021
SOBRE CASCARA DE NARANJA Y OTRAS FUNCIAS
Una cosa que vengo haciendo desde hace un tiempo y que me dio muy buenos resultados, es guardar la cáscara de naranja... y al igual que los restos de café, dar un segundo uso.
A diferencia del café que tiene un fin más bien cosmético, la cáscara de naranja se puede utilizar en repostería, para aromatizar queques, galletas, tartas, hacer mermeladas, bombones, confites... mezclar con hojas de té, mate, hierbas o con el brebaje que se te ocurra. También sirve mucho como alimento para plantas porque contiene nitrógeno y eso hace que salgan más hojas... incluso podría ser útil como exfoliante para la piel.
Es cierto que hay que darse la pega de pelar, secar y juntar una buena cantidad... para finalmente, triturar en una procesadora o juguera, pero de verdad que vale la pena el esfuerzo.
En mi caso, las transformo en un polvo muy fino y guardo en frascos de vidrio. Dura mucho tiempo en un mueble cerrado, ambiente seco, etc, etc. Quizás la única diferencia que he notado, es el color de la cáscara antigua al compararla con una recién molida pero el sabor es el mismo.
Otra forma sería dejarla en trocitos pequeños... Cada uno sabrá como más le acomode, yo sólo te cuento mi experiencia con algo que de otro modo habría terminado en la basura. Creo que eso es lo que más me sorprendió de este experimento... Las toneladas de cáscaras que he desperdiciado, contribuyendo con bien poca conciencia a la contaminación.
También estoy juntando las cáscaras de limón, aunque es más difícil acordarse de pelar antes de partir y estrujar. Suelen confundirse un poco con las de naranja porque una vez seca, la cáscara de limón se oscurece y después se ven muy similares, así que las dejo separadas.
El uso que le doy es bien “poco ortodoxo”, aromatizar la caja de arena de la gata y así incentivarla a que haga ahí... aún no puedo sacar una conclusión definitiva pero hasta ahora funciona bastante bien. En el mercado existen arenas sanitarias con aroma a lavanda, manzana, limón... de ahí saqué la idea. Compro una arena normal sin olor, más barata y yo la costumizo, ya veremos que pasa... al fin y al cabo, es la cucha la que tiene la ultima palabra.
Al momento de pelar tanto el limón como la naranja, hay que intentar dejar la menor cantidad de "parte blanca" porque es amarga. Por lo tanto, la naranja la pelo dos veces. La primera capa, muy fina con sólo la piel... la segunda, toda la costra blanca. Más trabajo pero te evitas el problema del amargor que después quedaría en la molienda.
Deshidratar la cáscara de los cítricos es todo un tema y dependerá mucho de las condiciones ambientales como calor, frio, humedad o la época del año... En mi caso, por ejemplo en verano, se demoran un día en estar crujientes, incluso encerradas en un mueble. En invierno, es un poco más difícil, tengo que separarlas bien sobre un papel y preocuparme de darlas vueltas para que sequen parejo y no se pongan negras. Es por eso que algunos prefieren secar al sol o utilizan hornos a baja temperatura para apurar el proceso. Personalmente, prefiero dejar en un lugar aireado y lejos del sol, tapado con un mosquitero o paño fino porque tengo la sensación que igual que el secado de hierbas, mantiene mejor su color original y sus propiedades.
Otro descarte que utilizo es la cáscara de huevo. Las lavo muy bien con agua y jabón por dentro y por fuera, luego las dejo en un ambiente aireado. Es importante desinfectar muy bien... incluso las he lavado con lavaza y cloro, siempre cuidando que se rompa lo menos posible porque después es un lio enjuagar.
Tiene una película interna que se desprende muy fácil cuando la cáscara esta recién lavada, una vez seca es casi imposible quitar. Cuando ha pasado un buen tiempo, las transformo en pequeños trozos presionando con los dedos y se lo agrego a las plantas como fertilizante.
De todas formas, tanto la cáscara de naranja como la de huevo, es importante agregar con moderación. Osea, una cucharadita pequeña en cada maceta más o menos una vez al mes. Si sobrealimentas la planta podría ser contraproducente y dependiendo de su tamaño, producirse un desequilibrio químico, llenarse de plagas, salir hojas amarillas... y así, un montón de problemas. Por eso es importante no abusar de estos fertilizantes aunque sean de origen natural.
sábado, 13 de febrero de 2021
CONSERVAR DAMASCOS POR MÁS TIEMPO
Dentro de mis frutas preferidas, el damasco junto con la sandía ocupan ese sitial de honor. El problema es que la temporada es tan corta, que no alcanzo a disfrutar tanto como quisiera. Con la sandía, bueno nada que hacer... pero el damasco, se puede seguir un truco que ya verás como tú yo del futuro lo agradece.
En mi región, la temporada de damascos comienza a mediados de octubre y dura más o menos hasta noviembre... A veces, las cosas se retrasan o alargan un poco y podemos encontrar damascos en diciembre, pero no es común.
Una forma de conservarlos y disfrutarlos fuera de temporada, es hervirlos con azúcar y una vez frio, congelar en un tupper.
No es necesario cocinar durante mucho tiempo y tampoco hay que agregar agua. La misma azúcar con el líquido de la fruta, serán suficiente... te lo aseguro.
Otra opción sería agregar dátiles a la cocción, para que le dé más dulzor, pero eso es cosa de gustos... también podría ser más azúcar.
Lo que yo hice fue lo siguiente:
1. En una olla introduje 3 kilos de damascos partidos por la mitad y sin semilla. La piel del damasco es tan finita que prefiero no quitarla, sólo los lavo muy bien.
2. Añadí unas cucharadas bien gordas de azúcar granulada (unos 60 gr), esencia de vainilla y un poco de canela.
3. Tapé la olla y esperé a que soltara el hervor.
4. Cuando la fruta esté blanda y se haya reducido levemente, apagar y dejar enfriar.
5. Finalmente, vaciar a un contenedor cerrado y meter en el congelador.
Más tarde, podrás hacer todo tipo de preparaciones como smoothies, helados, jugos, postres... tan sólo descongela un trozo del concentrado y listo! 🙌
En mi región, la temporada de damascos comienza a mediados de octubre y dura más o menos hasta noviembre... A veces, las cosas se retrasan o alargan un poco y podemos encontrar damascos en diciembre, pero no es común.
Una forma de conservarlos y disfrutarlos fuera de temporada, es hervirlos con azúcar y una vez frio, congelar en un tupper.
No es necesario cocinar durante mucho tiempo y tampoco hay que agregar agua. La misma azúcar con el líquido de la fruta, serán suficiente... te lo aseguro.
Otra opción sería agregar dátiles a la cocción, para que le dé más dulzor, pero eso es cosa de gustos... también podría ser más azúcar.
Lo que yo hice fue lo siguiente:
1. En una olla introduje 3 kilos de damascos partidos por la mitad y sin semilla. La piel del damasco es tan finita que prefiero no quitarla, sólo los lavo muy bien.
2. Añadí unas cucharadas bien gordas de azúcar granulada (unos 60 gr), esencia de vainilla y un poco de canela.
3. Tapé la olla y esperé a que soltara el hervor.
4. Cuando la fruta esté blanda y se haya reducido levemente, apagar y dejar enfriar.
5. Finalmente, vaciar a un contenedor cerrado y meter en el congelador.
Más tarde, podrás hacer todo tipo de preparaciones como smoothies, helados, jugos, postres... tan sólo descongela un trozo del concentrado y listo! 🙌
jueves, 9 de julio de 2020
Aventuras y desventuras congelando verduras...
Confieso que sin esta situación de encierro en la que nos encontramos hoy, JAMÁS se me hubiera ocurrido comprar vegetales y después congelar. Mis reservas se mantenían al día, con el mínimo esfuerzo y desperdiciando sin pudor.
Creo que ahora APRECIO mucho más lo que es tener VERDURAS FRESCAS en cualquier momento, incluso me hizo replantear mis hábitos de consumo... Quizás volviendo a antiguos métodos de conservación mucho más ecológicos, tal como lo hacían las mamás.
El primer portazo que me di, fue descubrir que NO TODOS los alimentos se comportan de la misma manera una vez congelados. Algunas verduras no tienen problemas con ser arrojadas crudas al congelador. Otras en cambio mucho más “pitucas”, requieren un proceso previo de cocción.
– El tomate fue mi primera victima, al descongelarse prácticamente se hizo agua, PLOP! Incomible.
– El brócoli se mantuvo aproximadamente una semana en buen estado... pero por alguna extraña razón, aunque esté en el hielo mismo, sigue su proceso de “maduración”... Por lo tanto, a la segunda semana de congelado se veía algo raro y a la tercera, directo al tacho... No sólo tenía un aspecto sospechoso si no que además, olía mal.
– A la berenjena le pasa lo mismo, continúa madurando aunque algo más lento que el brócoli. Luego de dos semanas en el Freezer, seguía comestible. Por fuera se veía igual... por dentro, su aspecto cambió levemente a blanco percudido.
– La papa se descompone en pocos días y si la congelas cortada... peor, su interior se torna marrón y bien poco amigable.
– El sukini o calabacín a la tercera semana de hielo aún se conservaba bien, aunque tengo mis reparos... No lo habría dejado más tiempo.
Verduras que el HIELO no les hizo ni mella y DURARON un montón: Pimentón rojo, verde o del color que quieras, zapallo camote, jengibre, ajo, zanahoria, cebolla.
Otras verduras como arvejas, choclos, porotos verdes, habas, espárragos... es mejor invertir comprando directamente bolsas congeladas o conservas a prueba de todo.
Cosas que aprendí congelando verduras.
1. Casi todas las verduras se pueden congelar pero hay que tener en cuenta que sólo sirven para cocinar.
2. Las verduras que se comen crudas no pueden llegar y congelarse. Es decir, una lechuga, un pepino, un tomate, luego de tres semanas en el Freezer, nunca jamás en la vida, será una ensalada fresca... Sólo un desastre aguado y poco apetecible.
3. El proceso de congelado y descongelado cambia la composición y el sabor de la verdura. Algunas resisten mejor este cambio, sobre todo las que tienen menos agua... pero si gozas de un paladar exigente, notarás la diferencia entre un plato preparado con verduras congeladas, de otro que viene directo de la feria a la olla.
4. Precocer las verduras ayuda a que se conserven mejor en el congelador. El tiempo de cocción dependerá del tipo de vegetal y el tamaño de sus cortes. No es lo mismo zambullir una verdura entera, que cortada en trozos o rallada. Cada verdura es un mundo y tiene sus exigencias... Pasados unos minutos, inmediatamente sumergir en agua fría para frenar su cocción. Finalmente, escurrir, amononar en porciones y congelar.
5. Una vez retirada la verdura del congelador se acelera su descomposición y pierde rápidamente sus propiedades. Por lo tanto, es aconsejable preparar de inmediato y no volver a congelar.
lunes, 6 de abril de 2020
Humor Natural
Foto de Sipin Karas |
Foto de dorknerdgeek |
Foto de Jason Tiesman |
Foto de Tri Setyo Widodo |
Foto de Ossi Saarinen |
Foto de Paolo Tagliabue |
Foto de Jose Madrigal |
Foto de Mary McGowan |
Foto de Gabi Stickler |
Foto de Audieanakindonesia |
lunes, 10 de septiembre de 2018
Naturaleza Curiosa
Foto de Alan McFadyen |
Siempre está el que piensa diferente... |
Foto de Fauzan Maududdin |
Foto de Shirato Jiro |
Aauuuch... =| |
Foto de Fauzan Maududdin |
Foto de Mark Loh |
Podrías traerme un hueso más o menos así...?? @oscartheiggy |
Foto de Ossi Saarinen |
Foto de kinneyplace |
miércoles, 27 de junio de 2018
Un Poco de Humor... 😁
Foto de Igiiro🇯🇵 |
Ilustración de Typewear |
La importancia de una buena redacción... =| |
Imagen de @lifeofpaid |
miércoles, 5 de julio de 2017
MI RUTINA DE CARA AL INVIERNO
Si hay algo que me ha dado buen resultado para proteger el rostro del frio en invierno, es el ACEITE de OLIVA y el ACEITE de COCO. Son excelentes porque mantienen la humedad sobre todo de pieles secas como la mía y a diferencia de lo que muchos piensan NO TAPA los poros o hace salir espinillas... o por lo menos a mí no me pasa!
Para no verme con la cara brillosa, aplico el aceite bien temprano en la mañana antes de salir y listo, protege de las inclemencias del viento y de cachetes pelados y colorados... además que al rato la piel ya ha absorbido todo y ni se nota.
El aceite de Oliva, lo venden en cualquier supermercado... me ha dado el MISMO resultado el económico de 3 lucas que el más costoso “Súper-Extra Orgánico”, así que según yo da lo mismo la marca.
El aceite de Coco, hoy lo encuentras en todos lados... más ahora que se puso de moda y hablan de sus beneficios y propiedades en televisión. Años atrás costaba encontrarlo, era re-barato y lo pillabas solo en locales que vendían artilugios para fabricar jabones. Viene en potes principalmente de vidrio que traen una "pasta blanca endurecida" que al contacto con el calor, incluso de las manos, se licua.
Lo que yo hago es limpiar primero bien mi rostro y a continuación aplico una capa de cualquiera de estos dos aceites ya sea directo en la cara o mezclado con alguna crema neutra.
En la NOCHE los utilizo como máscara facial, no todos los días pero por lo menos 2 o 3 veces a la semana... Esta es mi receta:
Después de limpiar bien mi rostro, aplico jugo de limón en toda la cara teniendo cuidado de que no caiga en los ojos porque arde como la %&#@%... Lueeeeeego, agrego una capa de aceite de Oliva, masajeo bien sobre todo frente, mejillas, contorno de ojos y me quedó así tan pancha toda la noche... al otro día me limpio la cara como siempre.
El resultado realmente me ha sorprendido, con el tiempo se han borrado manchas eternas y aunque no lo creas la cara NO se irrita con el limón, por el contrario como que cierra los poros y se ve incluso hasta más luminosa.
Si te da miedo aplicar el jugo de limón directo en la cara, prueba diluyéndolo con un poco de agua o aplicándolo sólo por unos minutos, y ahí ves cómo reacciona tu piel... NO TODAS somos iguales o nos resultan los mismos menjunjes.
Para no verme con la cara brillosa, aplico el aceite bien temprano en la mañana antes de salir y listo, protege de las inclemencias del viento y de cachetes pelados y colorados... además que al rato la piel ya ha absorbido todo y ni se nota.
El aceite de Oliva, lo venden en cualquier supermercado... me ha dado el MISMO resultado el económico de 3 lucas que el más costoso “Súper-Extra Orgánico”, así que según yo da lo mismo la marca.
El aceite de Coco, hoy lo encuentras en todos lados... más ahora que se puso de moda y hablan de sus beneficios y propiedades en televisión. Años atrás costaba encontrarlo, era re-barato y lo pillabas solo en locales que vendían artilugios para fabricar jabones. Viene en potes principalmente de vidrio que traen una "pasta blanca endurecida" que al contacto con el calor, incluso de las manos, se licua.
Lo que yo hago es limpiar primero bien mi rostro y a continuación aplico una capa de cualquiera de estos dos aceites ya sea directo en la cara o mezclado con alguna crema neutra.
En la NOCHE los utilizo como máscara facial, no todos los días pero por lo menos 2 o 3 veces a la semana... Esta es mi receta:
Después de limpiar bien mi rostro, aplico jugo de limón en toda la cara teniendo cuidado de que no caiga en los ojos porque arde como la %&#@%... Lueeeeeego, agrego una capa de aceite de Oliva, masajeo bien sobre todo frente, mejillas, contorno de ojos y me quedó así tan pancha toda la noche... al otro día me limpio la cara como siempre.
El resultado realmente me ha sorprendido, con el tiempo se han borrado manchas eternas y aunque no lo creas la cara NO se irrita con el limón, por el contrario como que cierra los poros y se ve incluso hasta más luminosa.
Si te da miedo aplicar el jugo de limón directo en la cara, prueba diluyéndolo con un poco de agua o aplicándolo sólo por unos minutos, y ahí ves cómo reacciona tu piel... NO TODAS somos iguales o nos resultan los mismos menjunjes.