sábado, 28 de agosto de 2021

UNA CAPERUCITA DIFERENTE

–Lobooooo, ve a ver quién golpea la puerta!! –Grita la abuela desde el dormitorio.

El lobo, secándose las manos en los bordes del delantal, acerca una pequeña banqueta próxima a la entrada y mira por el ojo de la puerta.

–¡¡Madre mía!! –exclama con los pelos parados y entra a los tropiezos al dormitorio de la anciana–. ¡¡Caperucita está aquí!!

Ella tantea rápido las cobijas en busca del móvil, tiene varias llamadas perdidas y un chat que le avisa de la llegada de su nieta.

Mira la puerta, se muerde el pulgar y en seguida ordena al lobo ponerse el camisón, la gorra, los lentes y hacerse pasar por ella.

–Pero señora, no me siento cómodo con esta situación... y si usted va y le dice a su nieta que vuelva más tarde??? –Reclama el lobo con bastante más cordura, mientras se arremanga las mangas del camisón.

–Tú harás lo que yo te diga, si no quieres terminar como los otros lobos de cuento. En el pueblo nadie te quiere y aquí vives alejado de cazadores y amenazas.

Sabía que su mala fama venía de todos sus antecesores que habían hecho cosas muy crueles... pero a él le cargaban las mentiras y eso le había costado dejar su manada.

Él quería vivir sin ser molestado, en paz con la naturaleza, meditando y haciendo yoga. Había decidido llevar una vida célibe y de servicio... pero nunca imaginó terminar en las garras de esta vieja tirana que se mostraba bonachona ante los ojos de los demás.

El cazador, pasaba todas las semanas a verla y se encerraban por horas... Bien lo sabía él, que mientras limpiaba y fregaba trastos, escuchaba las risitas y correteos en la habitación.

Finalmente, tras un momento de duda, termina metiéndose bajo las cobijas.

–¡¡Pasa querida, está abierto!! –Le grita con voz chillona a Caperucita, que sigue inquieta esperando en las afueras de la casa.

Relatos Perrunos

–Perdona que te reciba en cama. Es que me he sentido algo enferma y prefiero cuidarme, ahora que estoy más vieja y mis piernas me sostienen cada vez menos... –inventa el lobo sobre la marcha, al ver la cara de consternación de caperucita con el espectáculo.

La niña se acerca con timidez, se sienta en el borde de la colcha. Mira el rostro de ese ser peludo y narigón... ¿¿Qué enfermedad tan rara podría tener su abuela para estar tan cambiada?? Pero no dijo nada.

Echa un vistazo rápido a la pieza, alisa con la mano las mantas a su lado, deja las manzanas y el vino sobre la mesa y se despide con una alegre sonrisa.

El lobo tiritaba, temiendo lo peor. Sentía que la chiquilla algo sospechaba. Él había intentado hablar lo menos posible, encogido entre las mantas, tapando su enorme nariz con el cobertor... pero los niños de hoy no son como los de antes y el silencio de caperucita lo inquieto.

Al escuchar el click de la puerta, la abuela sale de su escondite y mira por la ventana mientras su nieta regresa a casa.

–Quédate ahí y no te muevas! –Le indica al lobo con cierto enfado–. Esperemos que la situación se calme y mi hija no quiera venir también.

Pero lejos de calmarse, todo estaba por ponerse mucho peor. Caperucita no creyó nada lo que la supuesta abuela le decía. Sentía que la real, podía estar en peligro y aunque miró cada rincón de la casa, no vio rastros de la anciana... Lo más probable, es que los lobos hayan entrado, asaltado a la abuela y ese engendro que estaba en la cama se hacía pasar por ella.

Contó todo lo que vio a su madre, que preocupada partió al pueblo en busca de ayuda. Preguntó por el cazador pero nadie lo había visto en toda la mañana. Corrió por el camino, se encontró con el leñador y le transmitió las inquietudes que Caperucita tenía.

Y así, el leñador junto a otros hombres del pueblo, parten en patota a la casa de la abuela.

–SEÑOOOORAAAAA!!! ¿¿Se encuentra usted bien?? –Grita uno desde afuera.

La vieja levanta un brazo en dirección al lobo, que aún yace en cama y con un gesto lo hace callar. Al sentir que la puerta se abre, alcanza a esconderse dentro del armario y desde allí, entre las rendijas de la puerta y la ropa colgada, los amantes ven como se llevan del pescuezo al pobre lobo que se deshace en explicaciones: ¡¡TODO HA SIDO IDEA DE ELLAAAAA!! ¡¡TODO HA SIDO IDEA DE ELLAAAAA!! Pero nadie le creyó.

Relatos Perrunos
Fuente: Pinzellades al món

Él, a diferencia de los otros lobos, era bajito y escuálido debido a la falta de ejercicio y a un régimen estricto de frutas y verduras. Eso hizo que llevarlo al pueblo fuera muy fácil. Luego de un rato de preguntas y respuestas que no llevaron a ningún lado.

Uno de los que intervenía en la reprimenda, grita: –Dentro del estómago, es el único lugar donde puede estar!!!

Llaman al leñador... y no encuentran nada, ni rastro. Dejan al lobo en el suelo, hecho jirones y se miran buscando respuestas.

–Debe haber más lobos dentro de la casa. –Dice alguien desde atrás–. Uno de ellos se la debe haber comido.

Y parten de vuelta a la casa, intentando salvar a la anciana de una vez por todas. Al llegar a la esquina, ven en la entrada algo que jamás nadie imaginó. El cazador besando a la pobre viejecilla que ellos tanto buscaban.

–Pero que cag.. alcanza a decir uno antes de parar en seco.

Todos se detienen a ver la escena, mientras los amantes retuercen sus manos y se encogen de hombros en señal de arrepentimiento.

En ese instante, llega corriendo caperucita y su madre que haciéndole el quite a los asombrados presentes, se adelantan dando un fuerte y apretado abrazo a la anciana.

–Hija, es que me sentía tan triste y sola. –Es lo único que se le ocurre decir.


sábado, 14 de agosto de 2021

MI ROLLO CON EL PELO

No suelo preocuparme por mi cabello y a decir verdad, lo maltrato bastante... tironeos, tintura y secador de pelo han hecho un verdadero desastre, sumado a la cantidad de pelo que la naturaleza me dio y que de niña he odiado por su volumen.

Si de mí dependiera, tendría un cabello ojalá lo más aplastado posible a la cabeza. Por supuesto, existen soluciones como planchas de pelo, mascarillas, ungüentos, aceites y tratamientos de todo tipo... pero implican un esfuerzo que no estoy dispuesta a realizar.

Con la piel no es lo mismo, siempre he sido pretenciosa y trato de mantener una rutina de limpieza y cuidados, probando productos y buscando soluciones. Sin embargo, el pelo me cuesta tratarlo... Si se ve feo, me chanto un gorro; Si está reseco, lo corto. El teñido sería mi mayor esfuerzo y casi siempre estiro el chicle hasta que la cana comienza a hacerse notar.

Ni hablar de peluquería, creo que con suerte he ido unas tres veces en toda mi vida. Cuando niña, mi madre con antecedentes de peluquera, me mantenía el pelo. Ahora, simplemente lo corto yo... y aunque en algunas ocasiones he dejado soberanas cagadas, hay veces que le apunto y queda bastante bien.

Cuando era adolescente, mis pares ya se gastaban un platal en peluqueros y productos. Yo con suerte lo aseaba y mantenía corto. Quizás el deporte contribuyó a que el pelo fuera un estorbo, quizás la falta de estímulos, también dejación, flojera, trancas mentales...

Ahora, con esto de la pandemia y más tiempo para mirarse al espejo, la pretensión se ha hecho cargo y comienzas a notar que quizás el descuido, no fue tan buena idea y podrías intentar mejorar un poco lo que ves.


Rollo con el Pelo


Hace poco cambié el shampoo común y silvestre, por este tío al que le hacen propaganda en la tele. Partí por pura casualidad buscando un acondicionador nuevo porque siempre compro la misma marca que uso de memoria y no arregla nada.

Es un envase pequeño de color azul que dice “engrosador” y que al parecer, es para la caída del pelo en hombres... Eso lo vine a descubrir después... pero tiene otras líneas enfocadas a la mujer, que ya probaré. Revés

Lo primero que me gustó fue su aroma a miel, que impregna todo el baño y que deja el cabello muy perfumado. El bálsamo hizo efecto de inmediato, dado el daño que mi pelo tenía. Eso me animó a comprar el shampoo y seguir incursionando con este tío.

Como conclusión, diría que para personas que solemos descuidar la melena, es una alternativa bastante decente, a un precio razonable, sin tener que recurrir a tratamientos específicos, que lo más probable terminen arrumbados en el fondo de un cajón por un montón de años.


Perrito divertido