Es necesario aprender a diferenciar la voz interior de la voz del ego porque son totalmente distintas.
La voz del EGO es esa que te martillea el cerebro, que te repite una y otra vez... haz esto, haz esto otro, anda a tal lado... Es imperativa y siempre está regañándonos. Es la que te hace dudar y tener miedo.
La voz INTERIOR es sabia, mucho más afectuosa con nosotros, es comprensiva y siempre está ahí cuando más la necesitamos... pero es justo "esa", la que nunca escuchamos. Porque suena tan despacio en nuestro interior, tan sutil, que terminamos siempre escuchando las demandas y los requerimientos del ego.
La voz del EGO es esa que te martillea el cerebro, que te repite una y otra vez... haz esto, haz esto otro, anda a tal lado... Es imperativa y siempre está regañándonos. Es la que te hace dudar y tener miedo.
La voz INTERIOR es sabia, mucho más afectuosa con nosotros, es comprensiva y siempre está ahí cuando más la necesitamos... pero es justo "esa", la que nunca escuchamos. Porque suena tan despacio en nuestro interior, tan sutil, que terminamos siempre escuchando las demandas y los requerimientos del ego.
Foto de Kristýna Kvapilová |
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