Una Historia de Año Nuevo
Si hay algo para lo que somos buenos acá en Chile es para "adoptar" modas extranjeras y la comida ha sido una parte importante de esa costumbre... en su momento fue la comida China, luego la cocina Peruana, los Sushis y ahora la comida India.
No discuto que sea mala, muy por el contrario, la combinación de sabores y especies hacen de esta comida la favorita de oficinistas al medio día, sobre todo que para nuestro desnutrido y escuálido paladar, significa una explosión de sabor al que no estamos acostumbrados.
Por lo mismo no lo dudé y un año decidí optar por esta alternativa totalmente alejada del típico asado al horno con papas duquesas que se sirve en la mayoría de las mesas Chilenas para año nuevo.
Pasando por calle Merced al llegar a Miraflores, cada vez se hacía más popular un local especialista en este tipo de comida... Solía haber largas filas en la entrada, tanto a la hora de almuerzo como en la cena. Todos a la espera que alguna de las 8 mesas del local se desocupara... el lugar era pequeño pero muy bien ubicado, así que la gente no se hacía problemas con la espera... Debe ser weno digo yo!
Como vendía también comida para llevar, me animé entonces a comprar ahí mi ración de año nuevo... No tenía la más mínima idea en que consistían los platos pero el joven que me atendió, al parecer dueño del local, con más señas que palabras me muestra una carta con un montón de nombres raros donde escoger...
Pollo al no sé qué, tres docenas de samosas y verdura con algo... fue mi pedido. El chiquillo ya acostumbrado a la efervescencia se paga y me dice que debo esperar porque están atrasados con las entregas para la casa. Está bien! digo yo resigna’. Total falta harto para año nuevo... eran las 2 de la tarde.
La cocina estaba a dos pasos de las mesas, por lo que veías como frenéticos entraban y salían platos con aromas a especies y vegetales.
Al final, para no quedar en medio y como todos esperaban su pedido en la calle, no me queda otra que salir del local y quedarme afuera con mi boletita y mi cara de novata.
Como pasó bastante rato y veía que algunos de los que habían hechos sus pedidos conmigo ya se retiraban, fui a preguntar qué onda... Resulta que los menús para llevar son mucho más rápidos que los platos a pedido, es la explicación!
No tenía más remedio que seguir esperando... pero para ejercer presión, me quede CERCA de la cocina, hasta que llegó un punto en que me hice invisible... Dentro, era como entrar a una cocina en India, imagino yo... Unas 10 personas en un espacio de 3 x 2 funcionan a toda máquina hablando en otro idioma, gritando… o eso me parecía a mí y preparando platos y menús a la velocidad de la luz.
Todo era frenesí, ebullían sartenes, se lavaba loza, se preparaban porciones y los operarios transpiraban como en un sauna... Nadie hablaba, solo se trabajaba duro para lograr abastecer la gran demanda del día.
Cada preparado estaba contenido en ENORMES ollas dispuestas en el suelo debajo de cocinas y mesones... de ahí, un encargado sacaba las mezclas sin más objeto que sus propias manos para luego calentar en sartenes que nadie lavaba. Todo era para ayer... No había tiempo para ese tipo de frivolidades!!
El CALOR en la pieza era tremendo, se revuelven menjunjes con palas gigantes que el cocinero chupetea y sorbetea sin pudor, gotas de sudor caen de su rostro directo a las sartenes y se mezclan con los sabores de las distintas preparaciones.
Afuera los comensales esperan impacientes sus platos, sin saber “pormenores”. Ganas de salir corriendo no me faltaron… pero claro, eso significaba perder todo lo pagado que hasta el momento, dado mi pedido no era poco.
Esa noche de año nuevo todos probaron felices y degustaron con placer las preparaciones del restaurante New Horizon de calle Merced, alabando y destacando su exquisita comida... Yo por mi parte, no tuve el coraje de arruinarles el momento, total “ojos que NO ven corazón que no SIENTE...”
Independiente de los pormenores de mi historia y de criticar si esta comida es sana o no... Mi punto es que ESTE LOCAL en particular se encuentra colapsado. La GRAN cantidad de público que recibe a diario, unido al espacio REDUCIDO en que trabajan y la poca ventilación, le dan pésimas condiciones laborales a sus operarios, tanto de cocina como meseros.
Imagino que después de TANTOS años de bonanza y de platos vendidos, habrá un margen de ganancias suficiente como para invertir en una infraestructura mínima que garantice una mejor calidad de vida para todos... Empleados y clientela.
Entiendo que el lugar es estratégico y les va muy bien precisamente por lo CENTRAL que es... Quizás, trasladarse a un sito más cómodo y amplio implique perder un gran número de parroquianos que visitan este espacio tradicional... Pero aquí claramente el valor del DINERO ha ganado por sobre la ética y el sentido humano.
Si aún te animas a probar sus “delicatessen”, aquí te dejo la dirección del local: Merced 565 entre Mosqueto y Miraflores a pasos del metro Bellas Artes.
Si hay algo para lo que somos buenos acá en Chile es para "adoptar" modas extranjeras y la comida ha sido una parte importante de esa costumbre... en su momento fue la comida China, luego la cocina Peruana, los Sushis y ahora la comida India.
No discuto que sea mala, muy por el contrario, la combinación de sabores y especies hacen de esta comida la favorita de oficinistas al medio día, sobre todo que para nuestro desnutrido y escuálido paladar, significa una explosión de sabor al que no estamos acostumbrados.
Por lo mismo no lo dudé y un año decidí optar por esta alternativa totalmente alejada del típico asado al horno con papas duquesas que se sirve en la mayoría de las mesas Chilenas para año nuevo.
Pasando por calle Merced al llegar a Miraflores, cada vez se hacía más popular un local especialista en este tipo de comida... Solía haber largas filas en la entrada, tanto a la hora de almuerzo como en la cena. Todos a la espera que alguna de las 8 mesas del local se desocupara... el lugar era pequeño pero muy bien ubicado, así que la gente no se hacía problemas con la espera... Debe ser weno digo yo!
Como vendía también comida para llevar, me animé entonces a comprar ahí mi ración de año nuevo... No tenía la más mínima idea en que consistían los platos pero el joven que me atendió, al parecer dueño del local, con más señas que palabras me muestra una carta con un montón de nombres raros donde escoger...
Pollo al no sé qué, tres docenas de samosas y verdura con algo... fue mi pedido. El chiquillo ya acostumbrado a la efervescencia se paga y me dice que debo esperar porque están atrasados con las entregas para la casa. Está bien! digo yo resigna’. Total falta harto para año nuevo... eran las 2 de la tarde.
La cocina estaba a dos pasos de las mesas, por lo que veías como frenéticos entraban y salían platos con aromas a especies y vegetales.
Al final, para no quedar en medio y como todos esperaban su pedido en la calle, no me queda otra que salir del local y quedarme afuera con mi boletita y mi cara de novata.
Como pasó bastante rato y veía que algunos de los que habían hechos sus pedidos conmigo ya se retiraban, fui a preguntar qué onda... Resulta que los menús para llevar son mucho más rápidos que los platos a pedido, es la explicación!
No tenía más remedio que seguir esperando... pero para ejercer presión, me quede CERCA de la cocina, hasta que llegó un punto en que me hice invisible... Dentro, era como entrar a una cocina en India, imagino yo... Unas 10 personas en un espacio de 3 x 2 funcionan a toda máquina hablando en otro idioma, gritando… o eso me parecía a mí y preparando platos y menús a la velocidad de la luz.
Todo era frenesí, ebullían sartenes, se lavaba loza, se preparaban porciones y los operarios transpiraban como en un sauna... Nadie hablaba, solo se trabajaba duro para lograr abastecer la gran demanda del día.
Cada preparado estaba contenido en ENORMES ollas dispuestas en el suelo debajo de cocinas y mesones... de ahí, un encargado sacaba las mezclas sin más objeto que sus propias manos para luego calentar en sartenes que nadie lavaba. Todo era para ayer... No había tiempo para ese tipo de frivolidades!!
El CALOR en la pieza era tremendo, se revuelven menjunjes con palas gigantes que el cocinero chupetea y sorbetea sin pudor, gotas de sudor caen de su rostro directo a las sartenes y se mezclan con los sabores de las distintas preparaciones.
Afuera los comensales esperan impacientes sus platos, sin saber “pormenores”. Ganas de salir corriendo no me faltaron… pero claro, eso significaba perder todo lo pagado que hasta el momento, dado mi pedido no era poco.
Esa noche de año nuevo todos probaron felices y degustaron con placer las preparaciones del restaurante New Horizon de calle Merced, alabando y destacando su exquisita comida... Yo por mi parte, no tuve el coraje de arruinarles el momento, total “ojos que NO ven corazón que no SIENTE...”
Independiente de los pormenores de mi historia y de criticar si esta comida es sana o no... Mi punto es que ESTE LOCAL en particular se encuentra colapsado. La GRAN cantidad de público que recibe a diario, unido al espacio REDUCIDO en que trabajan y la poca ventilación, le dan pésimas condiciones laborales a sus operarios, tanto de cocina como meseros.
Imagino que después de TANTOS años de bonanza y de platos vendidos, habrá un margen de ganancias suficiente como para invertir en una infraestructura mínima que garantice una mejor calidad de vida para todos... Empleados y clientela.
Entiendo que el lugar es estratégico y les va muy bien precisamente por lo CENTRAL que es... Quizás, trasladarse a un sito más cómodo y amplio implique perder un gran número de parroquianos que visitan este espacio tradicional... Pero aquí claramente el valor del DINERO ha ganado por sobre la ética y el sentido humano.
Si aún te animas a probar sus “delicatessen”, aquí te dejo la dirección del local: Merced 565 entre Mosqueto y Miraflores a pasos del metro Bellas Artes.
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