miércoles, 22 de diciembre de 2021

Cuanto menos sabemos más expertos nos creemos

Todos conocemos a ese pariente chapuza que con la mejor de las intenciones desarma algún artefacto y luego le sobran la mitad de los tornillos... Derrotado, busca tutoriales en YouTube intentando arreglar lo desarreglado y finalmente, termina quedando peor.

Este efecto es conocido como "Dunning – Kruger", por el nombre de los investigadores que hace más de 20 años estudiaron a un grupo de valientes voluntarios que en nombre de la ciencia dejaron plasmada su incompetencia.

El tema es que somos muy malos para valorar nuestras capacidades y entre menos sabemos de un determinado tema, más creemos que lo hacemos estupendo. En cambio, los más capacitados y talentosos suelen infravalorarse por pensar que el resto lo hace más o menos igual de bien. Ósea, una total paradoja.

Dunning Kruger
Ilustración de Pictoline

Al principio cuando somos novatos, tendemos a no sobrestimar nuestras habilidades porque “entendemos" que somos aprendices y que estamos en una etapa de formación, pero basta un poco de lectura o práctica para creer que las sabemos todas y que ahora nada nos detiene... Puede que muchos se queden en esta etapa y terminen transformados en ese amigo al que da miedo prestarle el reproductor de discos porque lo devuelve en trocitos.

–Es que tenía un ruido extraño cuando daba vueltas...!! –Te larga con ojos resignados.

Los que superan esa etapa y continúan con el estudio, pronto DESCUBREN con horror que no tenían idea de nada y que entre más aprenden o practican menos saben del tema. Al final, la tarea se hace ENORME y terminan creyendo que no sirven, no tienen talento o que nunca lograrán ser lo suficientemente buenos... Aquí cabe la posibilidad que muchos tiren la esponja y el instrumento musical quede arrumbado en el clóset o dejen botados ciertos estudios, por ejemplo.

Si se tiene el suficiente coraje de perseverar porque nos motiva, nos gusta o nos obligan, se empieza a entender la lógica de lo que estamos aprendiendo y a pillarle el truco a eso que tan mal se nos da. Si se logra cruzar esa barrera podríamos con práctica, dedicación y tiempo, llegar a ser algo más que un aprendiz.

De este efecto no se salva nadie porque es precisamente ese punto ciego el que NO NOS DEJA tomar conciencia que somos unos completos incompetentes.... hasta que se demuestre lo contrario.

Personalmente, he pecado de esta incompetencia más veces de las que quisiera reconocer... Quizás, la única forma de lograr la excelencia sea dedicando toda la vida a un ÚNICO tema.

Mi experiencia indica que ser disperso no funciona y que si realmente se quiere ser bueno en algo y más aún destacar, la única forma sería aplicarse al 100% en ese determinado tema... y practicar, practicar y luego, practicar aún más.


domingo, 12 de diciembre de 2021

EL VIAJE

Relatos Perrunos
Imagen de Viernes creativos El Bic Naranja

Cada mañana se sentaba en el mismo sitio, sacaba su libro y se ponía a leer.

Yo, que era nuevo en la ciudad, no le di mayor importancia la primera vez que lo vi. Era sólo un pasajero más dentro de aquel vagón de tren... pero al pasar los meses, comencé a fijarme en este personaje que veía cada día al ir a trabajar.

Me preguntaba: ¿¿Qué hacía, dónde iría, qué leía con tanto afán?? ¿¿Podría concentrarse con todo ese barullo constante que nos persigue a todos lados??

Confieso que por curiosidad yo también me ubicaba en el mismo lugar, para husmear... para ver si algo de él, me indicaba que diablos hacia allí.

Al parecer, no llevaba celular porque nunca lo traía entre manos, como tantos otros a su alrededor sumidos en sus propios mundos... riendo solos de algún video, pulsando teclas a la velocidad de la luz o simplemente, compartiendo las mismas cadenas de memes y santitos de hace seis meses atrás sin acordarse que ya lo habían hecho antes.

Pero un día todo cambio, ese señor habitual en aquel asiento no apareció más. Yo continuaba ubicándome estratégicamente todas las mañanas en el mismo sitio, esperando volver a verlo... Sin él imaginarselo, se había convertido en un amigo, en un rostro conocido al que nunca me animé a saludar.

Los días continuaron y mi rutina siguió siendo la misma, pero aquel hombre de sombrero y rostro afable, nunca más lo volví a ver... ¿Le habrá pasado algo? ¿Cambió de ruta? ¿Cómo saber que diantres le sucedió?

Incluso hoy, después de tantos años, cada vez que me subo a un tren, recuerdo a aquel hombre sencillo y poco tecnológico que sin estar inmerso en este universo paralelo de las pantallas multicolores, resaltaba por sobre los demás, justamente por eso. No era uno del montón.


miércoles, 8 de diciembre de 2021

INTENTO DE TRUFAS

Esta idea apareció en un canal de YouTube, llamado Cooking tree en Noviembre del 2019 y su receta arrasó por lo bien que queda con tan solo dos ingredientes: cacao y leche condensada.

No discuto que el "enchastre" que deja es gigantesco. Sobre todo que el cacao lo tamiza en un colador, mientras lo revuelve con la leche condensada previamente tibia y eso hace que el polvo fino vuele por todas partes... Incluso este canal, que es sinónimo de pulcritud y limpieza, se veía algo caótico en la preparación.

En fin, para evitar unos pasos que según yo están demás y así ensuciar menos, voy a utilizar unos moldes para congelar estas trufas y no tener que pasar por el proceso del film y luego, cortar con cuchillo... que creo es ahí, donde se embadurna más la cosa.

Después, las deja en otro plato limpio y luego otro... y otro, hasta el momento en que prueba una trufa, la corta por la mitad y todo se ve como si nunca hubiese usado cacao.



Para ver en la nube, pincha AQUÍ
Ver Original de Cooking tree.


Mis Observaciones:
Fabrica dos tipos de trufas: una más blanda, en proporción 4:1 (160 ml de leche condensada – 40 gr de cacao en polvo) y otra más consistente, en proporción 2:1 (100 ml leche condensada – 50 gr de cacao en polvo)


1. Con la trufa blanda, hace unos cuadrados que forma con la mano luego de cortar. La masa es muy pegajosa y tiene que espolvorear mucho cacao encima para hacer el corte... Se ve que es difícil porque el cuchillo se pega bastante y después de acomodarlas, igual se desarman un poco. En resumen, un desastre chorreado por todos lados.

El resultado es bonito y hay que tener HARTA paciencia para dejarlos tan prolijos, pero... y si en vez de vaciar esta crema a un recipiente con film, endurecer en el congelador y luego darse la mansa pega de cortar...

Por qué no vaciar de inmediato sobre moldes cuadrados (que los hay) y así, congelar con la forma??

Intento de Trufa


2. La segunda opción, queda como una caluga tipo alquitrán que también congela en un film, corta en cuadrados y forma unas bolitas que coloca en un pocillo para que se impregnen bien con cacao.

Aquí incluso me parece más evidente, dada la consistencia espesa de la mezcla, que podría congelar de inmediato con la forma redonda.

Si es para que el tamaño de las porciones queden similares, podría utilizar una balanza y pesar de a poquitos...

Está claro que la persona que está detrás de este canal sabe MUCHO más que yo y tiene una paciencia oriental para hacer unos trabajos increíbles, que a mí sólo me resta admirar... peeeeeeeero voy a hacer el intento, a ver si estas trufas resultan con moldes como yo creo.

Intento de Trufa

Y tal como yo pensaba, en las dos recetas se pueden saltar pasos y no altera en nada el resultado.

La primera trufa que hice fue la 4:1 (160 ml de leche condensada – 40 gr de cacao en polvo) que coloqué en moldes de silicona embetunados con cacao y quedó perfecto... No es necesario tanto cahuín y ensuciar todo. Ojo que, si la mezcla está demasiado blanda, ahí si se pega al molde.

En la proporción 2:1 (100 ml leche condensada – 50 gr de cacao en polvo) no pasa nada si la mezcla tiene más leche condensada y queda más pastosa porque con las manos con cacao se puede hacer la bolita igual. También se podría agregar un poco de licor como brandy, coñac, ron, Baileys o adornar encima con gránulos de chocolate, galleta molida, coco rallado o lo que se nos ocurra.


Intento de Trufa


Perrito divertido