MAC Perruno Ilustración de Sean Charmatz |
miércoles, 26 de agosto de 2020
viernes, 21 de agosto de 2020
Mrs. Maisel
Imagino que para muchos no será ninguna novedad, sobre todo porque “The Marvelous Mrs. Maisel” ya va por su tercera temporada, pero acabo de conocer esta fantástica serie y se transformó inmediatamente en una de mis favoritas.
Llegué por pura curiosidad, cuando supe que Adrian Monk sería parte del elenco... y es que nunca he visto a Tony Shalhoub en otro papel que no sea Monk... y después de ocho temporadas como el detective lleno de tics y mañas, necesitaba saber si Monk podía dejar de ser... bueno, Monk!
Pero lo que vi fue mucho más que una serie de época, una SERIASA con una trama que te envuelve y teletransporta a tal punto de perder toda noción del tiempo. Simplemente la amé... amé a Midge, sufrí con sus desventuras y me enojé con sus injusticias.
La historia comienza con su protagonista Miriam Maisel, una perfecta mujer de mediados del siglo XX, que ya a sus 26 años ha cumplido con todo lo que la sociedad le exige... casarse, tener hijos, un título universitario que no le sirve para nada y un departamento enorme en un sector residencial, al lado de su padres. Nada podría salir mal...!! Hasta que todo se derrumba y comienza un viaje de descubrimiento personal que la lleva a ser la reina del Stand-up.
Aquí la serie nos presenta un tema que perfectamente podría extrapolarse a una mujer del siglo XXI... porque aún se le carga la mata a la que no desea tener hijos, no quiere casarse o tiene un empleo poco convencional.
Si llegas a pisar un cayo aunque sea pequeño, te lo hacen saber... Si llegas a alzar la voz, eres castigada... Si optas por algo diferente, eres tratada como loca o deficiente mental. Aún debemos abrirnos paso a trastabillones, sangrando si es necesario... y esta serie representa muy bien lo que eso significa.
Mención aparte merece la ambientación, el hermoso trabajo de vestuario y esas pequeñas pinceladas musicales, que evocan a películas de antaño. Totalmente recomendada!!
Llegué por pura curiosidad, cuando supe que Adrian Monk sería parte del elenco... y es que nunca he visto a Tony Shalhoub en otro papel que no sea Monk... y después de ocho temporadas como el detective lleno de tics y mañas, necesitaba saber si Monk podía dejar de ser... bueno, Monk!
Pero lo que vi fue mucho más que una serie de época, una SERIASA con una trama que te envuelve y teletransporta a tal punto de perder toda noción del tiempo. Simplemente la amé... amé a Midge, sufrí con sus desventuras y me enojé con sus injusticias.
La historia comienza con su protagonista Miriam Maisel, una perfecta mujer de mediados del siglo XX, que ya a sus 26 años ha cumplido con todo lo que la sociedad le exige... casarse, tener hijos, un título universitario que no le sirve para nada y un departamento enorme en un sector residencial, al lado de su padres. Nada podría salir mal...!! Hasta que todo se derrumba y comienza un viaje de descubrimiento personal que la lleva a ser la reina del Stand-up.
Aquí la serie nos presenta un tema que perfectamente podría extrapolarse a una mujer del siglo XXI... porque aún se le carga la mata a la que no desea tener hijos, no quiere casarse o tiene un empleo poco convencional.
Si llegas a pisar un cayo aunque sea pequeño, te lo hacen saber... Si llegas a alzar la voz, eres castigada... Si optas por algo diferente, eres tratada como loca o deficiente mental. Aún debemos abrirnos paso a trastabillones, sangrando si es necesario... y esta serie representa muy bien lo que eso significa.
Mención aparte merece la ambientación, el hermoso trabajo de vestuario y esas pequeñas pinceladas musicales, que evocan a películas de antaño. Totalmente recomendada!!
domingo, 9 de agosto de 2020
QUEQUE FRUTOS SECOS CON JUGUERA… Todo un hallazgo!
Siguiendo con los experimentos reposteriles, es que di con esta fantástica solución para batir la mantequilla y el azúcar sin perder un brazo.
Lo bueno de esta idea, es lo fácil y a prueba de todo que es. Sólo hay que dividir la receta en dos partes: La primera, ingredientes líquidos batidos en juguera. Segunda parte, vaciar todo a un bowl y mezclar con los ingredientes secos.
La masa queda esponjosa, rica, no muy dulce con una corteza crocante... Se sienten los trozos de frutos secos y pasas.
INGREDIENTES:
– 2 Tazas de harina.
– 30 gr de mantequilla.
– ¾ Taza de nueces.
– ½ Taza de pasas.
– ½ Taza de almendras... o cualquier fruto seco que quieras.
– 1 Cucharada de polvos de hornear.
– 1 Cucharadita de bicarbonato.
– 60 gr de azúcar granulada. (Aprox. 3 cucharadas groseras)
– 1 Huevo.
– Esencia de vainilla.
– 1 Manzana cortada en trozos.
– Leche, lo suficiente para formar la masa.
– Ralladura de cáscara de naranja.
PREPARACIÓN:
1. Enmantequillar y enharinar un molde. En este caso utilicé uno de vidrio de 22 x 12 cm.
2. En un vaso de juguera, batir las nueces hasta transformar en polvo, luego el azúcar y la mantequilla. Unir bien, con paciencia... debe quedar como una crema. Agregar bastante ralladura de naranja y esencia de vainilla.
3. A continuación, incorporar el huevo y la manzana en trozos. Seguir batiendo a velocidad media hasta que esté todo bien integrado, queda algo grumoso.
4. Pasar todo a un bowl y juntar con la harina cernida y el bicarbonato. Aquí, el menjunje se sentirá seco y costará revolver con la espátula. Ir agregando chorritos de leche, hasta que esté más manejable, como chiclosa.
5. En ese momento echar las pasas enharinadas, las almendras picadas y todo lo que se te ocurra... ciruelas, dátiles, arándanos, seguir revolviendo.
6. Por último, los polvos de hornear. La masa se pondrá como pasta... con mucho aire, aquí mezclar poco para no estropear ese bello momento.
7. Vaciar a un molde y cocinar a fuego medio por 1 hora o hasta que se dore por completo. Esto dependerá de tu horno... En mi caso, utilicé uno eléctrico a 175° con calor sólo abajo, para que la masa tenga por donde subir y se vaya cocinando de a poco.
ANALISIS DEL HORNO:
Algo que aún me cuesta entender como hacedora de queques principiante, son los tiempos de horneado. Porque esto no es como una máquina que hace todos los queques iguales y los cocina al mismo tiempo.
Tampoco se puede seguir las indicaciones de otros a la pata de la letra... Cada horno tiene sus exigencias y hay que descubrir “haciendo”, cuales son.
En mi caso, cada vez que preparo un queque me lleno de dudas... Será mucho calor o muy poco?? Le pondré 10 minutos más por si acaso... y si lo quemo??
Siempre me come la incertidumbre hasta que pruebo y compruebo si está bien o no.
Un truco que veía en casa cuando era pequeña y que no había probado hasta ahora, es colocar papel mantequilla sobresaliendo unos centímetros del molde. Eso engaña a la masa que piensa que tiene más pared por donde subir y la hace crecer mucho más, jeje!
Cosas que aprendí haciendo este queque en juguera.
– Es mejor entibiar la mantequilla antes de agregarla al vaso de la juguera. Si la mantequilla es en barra (no blanda) como es tan poca cantidad, al batirla se va directo al fondo y de ahí no se mueve. Al estar líquida, es más fácil integrar con las nueces y el azúcar.
– No hay que entusiasmarse demasiado con la velocidad de la juguera, podría ser contraproducente para el batido y terminar todo desinflado. Es importante encontrar el punto exacto en que la mezcla tiene suficiente revoltura y ahí, parar.
– Si se van a remojar los frutos secos por eso de los antinutrientes, es mejor no remojar la nuez. Al estar húmeda, no se transforma en polvo. Aunque se bata mucho, siempre quedarán trocitos que luego aparecen en la masa... Lo que no es tan malo, si ese es el resultado que quieres, es cosa de gustos.
Lo bueno de esta idea, es lo fácil y a prueba de todo que es. Sólo hay que dividir la receta en dos partes: La primera, ingredientes líquidos batidos en juguera. Segunda parte, vaciar todo a un bowl y mezclar con los ingredientes secos.
La masa queda esponjosa, rica, no muy dulce con una corteza crocante... Se sienten los trozos de frutos secos y pasas.
INGREDIENTES:
– 2 Tazas de harina.
– 30 gr de mantequilla.
– ¾ Taza de nueces.
– ½ Taza de pasas.
– ½ Taza de almendras... o cualquier fruto seco que quieras.
– 1 Cucharada de polvos de hornear.
– 1 Cucharadita de bicarbonato.
– 60 gr de azúcar granulada. (Aprox. 3 cucharadas groseras)
– 1 Huevo.
– Esencia de vainilla.
– 1 Manzana cortada en trozos.
– Leche, lo suficiente para formar la masa.
– Ralladura de cáscara de naranja.
PREPARACIÓN:
1. Enmantequillar y enharinar un molde. En este caso utilicé uno de vidrio de 22 x 12 cm.
2. En un vaso de juguera, batir las nueces hasta transformar en polvo, luego el azúcar y la mantequilla. Unir bien, con paciencia... debe quedar como una crema. Agregar bastante ralladura de naranja y esencia de vainilla.
3. A continuación, incorporar el huevo y la manzana en trozos. Seguir batiendo a velocidad media hasta que esté todo bien integrado, queda algo grumoso.
4. Pasar todo a un bowl y juntar con la harina cernida y el bicarbonato. Aquí, el menjunje se sentirá seco y costará revolver con la espátula. Ir agregando chorritos de leche, hasta que esté más manejable, como chiclosa.
5. En ese momento echar las pasas enharinadas, las almendras picadas y todo lo que se te ocurra... ciruelas, dátiles, arándanos, seguir revolviendo.
6. Por último, los polvos de hornear. La masa se pondrá como pasta... con mucho aire, aquí mezclar poco para no estropear ese bello momento.
7. Vaciar a un molde y cocinar a fuego medio por 1 hora o hasta que se dore por completo. Esto dependerá de tu horno... En mi caso, utilicé uno eléctrico a 175° con calor sólo abajo, para que la masa tenga por donde subir y se vaya cocinando de a poco.
ANALISIS DEL HORNO:
Algo que aún me cuesta entender como hacedora de queques principiante, son los tiempos de horneado. Porque esto no es como una máquina que hace todos los queques iguales y los cocina al mismo tiempo.
Tampoco se puede seguir las indicaciones de otros a la pata de la letra... Cada horno tiene sus exigencias y hay que descubrir “haciendo”, cuales son.
En mi caso, cada vez que preparo un queque me lleno de dudas... Será mucho calor o muy poco?? Le pondré 10 minutos más por si acaso... y si lo quemo??
Siempre me come la incertidumbre hasta que pruebo y compruebo si está bien o no.
Un truco que veía en casa cuando era pequeña y que no había probado hasta ahora, es colocar papel mantequilla sobresaliendo unos centímetros del molde. Eso engaña a la masa que piensa que tiene más pared por donde subir y la hace crecer mucho más, jeje!
Cosas que aprendí haciendo este queque en juguera.
– Es mejor entibiar la mantequilla antes de agregarla al vaso de la juguera. Si la mantequilla es en barra (no blanda) como es tan poca cantidad, al batirla se va directo al fondo y de ahí no se mueve. Al estar líquida, es más fácil integrar con las nueces y el azúcar.
– No hay que entusiasmarse demasiado con la velocidad de la juguera, podría ser contraproducente para el batido y terminar todo desinflado. Es importante encontrar el punto exacto en que la mezcla tiene suficiente revoltura y ahí, parar.
– Si se van a remojar los frutos secos por eso de los antinutrientes, es mejor no remojar la nuez. Al estar húmeda, no se transforma en polvo. Aunque se bata mucho, siempre quedarán trocitos que luego aparecen en la masa... Lo que no es tan malo, si ese es el resultado que quieres, es cosa de gustos.