jueves, 13 de junio de 2019

BUENOS TIEMPOS

Relatos Perrunos

Había una vez, un paraguas muy bonito que todas las noches soñaba con ser el más resplandeciente de todos los paraguas. Quería hacer su tarea lo mejor posible, se había preparado por muchos años y ya se sentía listo para que alguien en la tienda se lo llevara... pero el tiempo pasaba y nadie se decidía por él.

Cada vez que veía con ilusión que alguien se detenía a mirar, el joven paraguas se paraba derecho, estiraba todos sus alambres y aguantaba la respiración para que su tela impermeabilizada se colocara brillante y sedosa a los ojos de los demás.

Un día un niño lo miró con atención, incluso lo tocó y el paraguas con grandes expectativas pensó que por fin llegaba la hora de cumplir su objetivo de vida, pero no.

Pasaba el tiempo y con ello vinieron los días soleados, que sabía no eran buenos para él. Buscaba días lluviosos, que animaran a las personas a escogerlo... un día soleado lo ponía triste. Sabía que no era algo que pudiera controlar, debía estar firme y con la esperanza intacta para seguir adelante.

Finalmente, uno de esos días grises y húmedos que tanto le hacían sentido, alguien lo sacó de ese pequeño estante donde vivía amontonado con otros paraguas y decidió llevárselo.

El joven paraguas no cabía en sí, estaba feliz, quería hacer muchas cosas, conocer nuevos lugares, recorrer rutas y caminar bajo la lluvia con aquella persona que lo había elegido.

Llegó a un lugar muy bonito y totalmente distinto al almacén con estantes y miles de artículos donde vivía. El lugar tenia pasto, una entrada con escalinatas y un árbol frondoso lleno de nudos y raíces.

No sabía cuál sería su primera misión y eso le llenaba de cosquilla el estómago. Entraron a la casa y lo colgaron en un gancho metálico junto a otros paraguas, sombreros y abrigos.

Los demás ni siquiera lo saludaron, sólo lo miraron con cara de hastío y actitud grosera que él no entendió, pero que tampoco le importó porque estaba en un lugar nuevo, con gente nueva y cosas nuevas, a la espera de poder ser útil.

Finalmente luego de un momento de dudas, se decide a hablar:

–Ejem...!! Que tal amigos, soy nuevo aquí... Estoy deseoso de comenzar pronto a trabajar. Cuéntenme, cómo es el clima, llueve seguido??

Un silencio lo recibe, sus palabras suenan un tanto extrañas en aquella habitación. Los rayos de luz que se cuelan por una pequeña ventana, indican la presencia de miles de partículas en suspenso.

El resto de paraguas colgados miran al recién llegado, se miran entre sí y a continuación sueltan una larga y estruendosa carcajada.


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