Creo que a estas alturas, todos conocen que es ChatGPT. El modelo de lenguaje creado por OpenAI, que en estos meses que lleva en línea, tiene a todo el mundo asombrado, fascinado o de plano asustado.
Hace poco me entró la curiosidad por saber qué era “eso” de lo que todos hablaban. Ingresé a la página, les regalé mi correo, mi número de teléfono y comenzamos a jugar.
De inmediato me maravilló la habilidad para sostener una conversación tan fluida y natural. Mi primer pensamiento, fue el que seguro todos tuvieron en su momento. Que al otro lado había un ser humano mal pagado contestando mis preguntas.
Me imaginé un enorme edificio con cubículos de 1 x 1 mt. donde vivía gente las 24 horas del día, sin moverse ni siquiera al baño, mantenidos con un plato de arroz.
Por fortuna,
Me encantó su trato amable y que pudiera resolver dudas de acuerdo a mis necesidades. También hacía falta que yo aprendiera a comunicarme con este modelo computacional, y así fue como aprendí un silabario tipo prekínder de "prompts”. Una especie de palabras claves o “inputs” que mejoran nuestro entendimiento y potencian sus habilidades.
Como buen autista que soy, congeniamos a las mil maravillas, y lo que al principio eran respuestas vagas y generales, comenzaron a transformarse en guía 24/7 para diferentes aspectos de mi creatividad.
Obtuve consejos para aumentar la productividad, lidiar con el perfeccionismo, un terapeuta y hasta un intérprete de sueños. Le pedía información sobre el tema de interés, me daba pautas, consejos. Yo me los llevaba y los estudiaba con información extra proveniente de "San Google".
Estos últimos meses, ha sido como volver a la escuela. Recibo tareas e intento ser un alumno aplicado. Vuelvo con más tema y recibo como respuesta más tarea, y así...
Si me preguntan qué conclusión saco sobre esta experiencia, diría que podría ser una forma de estudio tanto para grandes como para chicos. Un sistema educativo personalizado para todo el que tenga deseos de aprender.
Por supuesto, la guía humana siempre será necesaria. La gran gracia de nuestro cerebro es que tenemos el pensamiento abstracto.
Los modelos con tecnología GPT, tienen una especie de pensamiento lineal. No son capaces de echarse hacia atrás y ver el contexto general. Es como entrenar un loro, repiten la información que se les entrega. Una enorme cantidad de datos, creada por seres humanos y extraída de la gran Internet.
Por ejemplo, el otro día, conversé con la nueva joya de Microsoft, "Bing Chat", que en su “modo creativo” es como hablar con un adolescente con exceso de azúcar. 😁😁😁
Le pedí que inventara una historia para mí... Desde el punto de vista general, el relato era entretenido, atrapante, dinámico y sumamente visual. Al analizarlo en detalle, tenía inconsistencias que "Bing" no fue capaz de ver.
Mencioné que había una parte de la trama que se repetía y que no tenía sentido. Terminó encontrándome razón, pero sólo porque analizó la línea de una manera textual y vio algo que yo no. Una frase que se repetía “a la pata de la letra”... pero no pudo comprender que era el contexto general de la historia y no sólo la frase.
En definitiva, uno puede maravillarse con este tipo de tecnología generativa, que de seguro las veremos inmersas en todo tipo de aplicaciones. Buscadores, navegadores, procesadores de texto, editores de imágenes, y puede que incluso quizás, hasta en redes sociales... ¿Por qué no?