Existe la creencia popular que los cachupines huelen el miedo… pero yo creo que así como lo hacen con enfermedades, ellos son capaces de leer nuestras emociones a través de su nariz.
Fíjate como los perros de la calle siempre se acercan cuando estas de bajón... ya sea en un parque o plaza, te sientas en un escaño y ahí viene alguno moviendo su cola destartalada y algo desgreñada... Se queda contigo un rato, se sienta a tu lado y te mira con esos ojos sabios de perro conocedor.
Entonces lo acaricias, le rascas la cabeza y piensas “pobre perrito por lo menos lo he hecho feliz por un momento” ...pero resulta que en realidad la cosa es al revés, porque en ese momento son ellos los que piensan que te están haciendo feliz a ti, absolutamente convencidos en demostrarte que tienes un lugar en este planeta aunque en ese momento no lo creas...
Los perros simplemente tienen ese sexto sentido que a los humanos tanto nos hace falta... Un INSTINTO que los lleva hasta donde se les necesita, para hacerte sentir un poco más amado, a pesar de todo el maltrato que suelen encontrar en el camino.