Un equipo de investigadores de la Universidad de Manitoba en Canadá, concluyó que la actividad física es una eficaz terapia a corto plazo, con mejores resultados incluso que algunos tratamientos psicológicos. Es importante recalcar que el ejercicio por sí solo no reemplaza en ningún caso un tratamiento clínico, de hecho es muy difícil que una persona con un grado muy avanzado de depresión sea capaz de hacer ejercicio... su tendencia natural será a una menor actividad, falta de energía y desgano. Sin embargo, según los especialistas, practicar regularmente cualquier tipo de ejercicio aeróbico, ya sea trote, bicicleta, caminata o senderismo, sería útil para enfrentar y combatir una serie de trastornos mentales de diverso tipo.
Los investigadores revisaron más de mil estudios publicados desde 1981 sobre los efectos de la actividad física en pacientes diagnosticados con alguna enfermedad psiquiátrica como depresión, trastornos de ansiedad y esquizofrenia. La conclusión más llamativa es que el ejercicio resulta hasta cuatro veces más eficaz que algunas prácticas tradicionales, como la terapia de grupo. El ejercicio sistemático tiene un claro rol benéfico, incluso cuando se trata de actividades menos intensas o exigentes como la caminata. El equipo de especialistas concluyó además que la actividad física puede ser de gran utilidad para el tratamiento de trastornos como la esquizofrenia, el alcoholismo y el dolor crónico. Otras enfermedades como los trastornos de ansiedad, donde la persona desarrolla fobias e incluso ataques de pánico, también mostraron resultados positivos.
El ejercicio debe ser practicado en forma sistemática, ojalá más de tres veces por semana y en sesiones de una hora de duración en promedio. Esto produciría un efecto de regulación de la energía corporal, amortiguando de esta manera las fluctuaciones en el estado de ánimo, además estimula la producción de endorfinas y una serie de sustancias que tendrían un efecto benéfico en nuestro cuerpo.
Otra explicación para las ventajas de la actividad física tiene relación con el estrés que termina desencadenando problemas físicos, enfermedades y diferentes trastornos del ánimo. La práctica de deporte permitiría atenuar este factor de riesgo, liberando tensiones y ayudando a relajar la mente.
CONSEJOS: Existen una serie de recomendaciones para aprovechar mejor la actividad física.
Primero, podemos acomodar el ejercicio a nuestra vida cotidiana como por ejemplo, caminar o andar en bicicleta en el trayecto hacia el trabajo. También es importante escoger una actividad que sea placentera para que no se transforme en una obligación difícil de cumplir.
Hacer deporte en grupo o con amigas además de fortalecer lazos y beneficiar la socialización, nos estimula a llevar de manera natural nuestro límite al máximo, mucho más que haciendo actividad en solitario.
Por último, prestar atención a nuestra condición física de tal modo de armar una rutina acorde a nuestras necesidades... es importante ir acomodando gradualmente la intensidad del ejercicio sobre todo en personas que no practican ejercicio de forma regular, esto permitiría ir potenciando nuestro organismo para que no termine siendo una tarea tan demandante que se transforme finalmente en una deserción.
Mis Fuentes: InfoMed.
EN RESUMEN:
Depresión: La práctica de ejercicio aeróbico durante más de un mes, en sesiones de tres veces por semana, de entre 20 y 60 minutos de duración cada una produce una significativa mejoría en los pacientes depresivos. Los efectos benéficos perduran por más de un año, especialmente si se continúa con alguna actividad física regular. La revisión de estos estudios llevó a la conclusión que el ejercicio es un tratamiento viable para casos ligeros a moderados de depresión y que puede ser útil como tratamiento de apoyo en episodios mas graves.
Ansiedad: Produce un alivio de los síntomas en las personas que sufren trastornos de angustia, a excepción de aquellos pacientes más severos que padecen fobia social, los cuales no mostraron cambios de importancia. Se observó que la mejoría se mantuvo por más de un año después de efectuados los ejercicios.
Abuso de sustancias: Las personas alcohólicas que están en programas de rehabilitación y además practican ejercicio, presentan mayores tasas de abstinencia respecto de aquellos que no mantienen una actividad física regular.
Esquizofrenia: Algunos estudios sugieren que disminuyen los síntomas depresivos asociados a esta enfermedad, estimula las habilidades sociales y reduce la frecuencia de alucinaciones.