Hoy en día, existen múltiples herramientas de aprendizaje automático que apoyan la creatividad. La oferta es amplia, y en casi un año y medio el fenómeno de la IA ya domina texto, imagen, video y audio.
Desde hace algunos meses, la "Big Data" que me conoce muy bien, me ha estado tentando con estas herramientas musicales... con pequeñas y sutiles pinceladas que me pasa por la nariz, o más bien por el ojo, je! ...pero en ese entonces, aún no salía del asombro de la generación de texto automático y no me había sentido seducida por los encantos de la música artificial. Hasta ahora que le hinqué el diente y me gustó.
Comencé con Stable Audio, un producto creado por Stability AI, los papás del ya famoso Stable Diffusion.
Lo primero que noté fue la limitación de tiempo en sus pistas. Que incluso en planes de pago llega a tan sólo 90 segundos. Personalmente, me pareció bien poco, pero permite el uso comercial y personal del material generado, sin necesidad de atribución... ¿Quizás sea por eso?
La versión gratuita, da la opción de crear 20 audios de 45 segundos por mes... y a decir verdad, es tan adictivo que uno se gasta fácil esos 20 créditos en un par de horas, jeje!
Si los créditos se agotan,no desesperar porque sólo hay que esperar hasta el primero de cada mes, donde se renuevan de forma automática. Sin embargo, los créditos que no se utilicen, no se acumulan para el siguiente mes y se pierden.
Es una herramienta muy intuitiva que anima a experimentar. Eso sí, es mejor darle las indicaciones en inglés, porque en español se atora y el resultado es un revoltijo bastante peculiar, jaja!
También se puede probar por género, incluir instrumentos mezclados con estados de ánimo o agregar BPM, que es muy útil para que el modelo sea parejo y no se le vaya la olla con el compás. Un BPM de 80 es similar al Lofi, un ritmo de 170 se parecería a la música electrónica, pero dependerá de los otros parámetros, claro y del temperamento y estado emocional de la máquina, por supuesto... XD
La verdad, es que me sorprendió lo que conseguí con tan poco y sin tocar ni el timbre.
Para escuchar en la nube, AQUÍ.
Si se tiene conocimiento musical, se podría descargar el audio y apoyado de un programa de edición agregar teclados, guitarras, cajas de ritmo y crear nuestro propio material o utilizar esos audios como fuente de inspiración para hacer el trabajo de manera “análoga”.
Como conclusión, diría que para ser el primer intento, me pareció bastante bueno. Me mantuvo entretenida un buen rato, aprendí rápido a utilizar sus funciones... Aunque con tan sólo una probadita, estoy lejos de sacar provecho a todo su potencial. Sobre todo, para dar con el incentivo o "prompt” ideal.
Otra cosa que encontré es que algunas pistas parten como caballo inglés los primeros 20 segundos y de pronto, el ritmo pega un patinazo o la nota desafina. Es una tecnología en desarrollo y en estos casos se nota... Tal como sucede con los videos donde a los personajes les aparecen y desaparecen extremidades o las imágenes tienen pifias en dientes o manos.
Seguiré probando otras herramientas de audio gratuitas. Lo que resultó de todo esto me pareció además de fascinante, intrigante. 🤔
Desde hace algunos meses, la "Big Data" que me conoce muy bien, me ha estado tentando con estas herramientas musicales... con pequeñas y sutiles pinceladas que me pasa por la nariz, o más bien por el ojo, je! ...pero en ese entonces, aún no salía del asombro de la generación de texto automático y no me había sentido seducida por los encantos de la música artificial. Hasta ahora que le hinqué el diente y me gustó.
Comencé con Stable Audio, un producto creado por Stability AI, los papás del ya famoso Stable Diffusion.
Lo primero que noté fue la limitación de tiempo en sus pistas. Que incluso en planes de pago llega a tan sólo 90 segundos. Personalmente, me pareció bien poco, pero permite el uso comercial y personal del material generado, sin necesidad de atribución... ¿Quizás sea por eso?
La versión gratuita, da la opción de crear 20 audios de 45 segundos por mes... y a decir verdad, es tan adictivo que uno se gasta fácil esos 20 créditos en un par de horas, jeje!
Si los créditos se agotan,
Es una herramienta muy intuitiva que anima a experimentar. Eso sí, es mejor darle las indicaciones en inglés, porque en español se atora y el resultado es un revoltijo bastante peculiar, jaja!
También se puede probar por género, incluir instrumentos mezclados con estados de ánimo o agregar BPM, que es muy útil para que el modelo sea parejo y no se le vaya la olla con el compás. Un BPM de 80 es similar al Lofi, un ritmo de 170 se parecería a la música electrónica, pero dependerá de los otros parámetros, claro y del temperamento y estado emocional de la máquina, por supuesto... XD
La verdad, es que me sorprendió lo que conseguí con tan poco y sin tocar ni el timbre.
Para escuchar en la nube, AQUÍ.
Si se tiene conocimiento musical, se podría descargar el audio y apoyado de un programa de edición agregar teclados, guitarras, cajas de ritmo y crear nuestro propio material o utilizar esos audios como fuente de inspiración para hacer el trabajo de manera “análoga”.
Como conclusión, diría que para ser el primer intento, me pareció bastante bueno. Me mantuvo entretenida un buen rato, aprendí rápido a utilizar sus funciones... Aunque con tan sólo una probadita, estoy lejos de sacar provecho a todo su potencial. Sobre todo, para dar con el incentivo o "prompt” ideal.
Otra cosa que encontré es que algunas pistas parten como caballo inglés los primeros 20 segundos y de pronto, el ritmo pega un patinazo o la nota desafina. Es una tecnología en desarrollo y en estos casos se nota... Tal como sucede con los videos donde a los personajes les aparecen y desaparecen extremidades o las imágenes tienen pifias en dientes o manos.
Seguiré probando otras herramientas de audio gratuitas. Lo que resultó de todo esto me pareció además de fascinante, intrigante. 🤔
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